Delito de lesiones imprudentes: Cuando dudas si has cometido un delito o eres víctima del mismo
Imagina que vas andando por la calle, vas a cruzar y un coche te atropella porque el conductor iba mirando el móvil.
O esta otra escena. Estás en el trabajo y un compañero, sin querer, te golpea con el brazo de una pequeña grúa porque, simplemente, no ha seguido las normas de seguridad.
En ambos casos, los culpables de que hayas acabado en el hospital no querían hacerte daño, pero ahí estás, en el hospital.
Esto, aunque parezca un simple “error”, el derecho penal lo tipifica y castiga como un delito de lesiones imprudentes.
Vamos a explicarte cuándo estos errores se consideran delito, qué consecuencias puede tener y qué puedes hacer tanto si eres la persona lesionada como si te están investigando por este delito.
Qué significa realmente “delito de lesiones imprudentes”
El delito de lesiones imprudentes está regulado en el artículo 152 del Código Penal español.
Se castiga cuando alguien causa una lesión física o psicológica a otra persona sin querer hacerlo, pero por no haber actuado con el cuidado debido.
La base de este delito es la falta de intención. Es decir, no es lo mismo que una agresión.
En este caso, el autor de los hechos no quería hacer daño, pero el daño ocurrió porque actuó con negligencia, descuido o imprudencia.
¿Qué es necesario para considerarlo un delito?
Para que una conducta imprudente llegue a ser delito, tienen que cumplirse cuatro cosas:
Una acción u omisión imprudente, voluntaria pero sin intención de lesionar.
Un incumplimiento del deber de cuidado que se espera en esa situación.
Un resultado lesivo real, que afecte la salud o integridad de alguien.
Relación directa entre la acción y la lesión. Es decir, que la conducta imprudente haya sido la causa del daño.
Por ejemplo, un conductor va a 60 km/h en una zona de 30 y atropella a un peatón. No quería hacer daño, pero no respetó las normas y causó lesiones. Eso será considerado una imprudencia grave.
¿Qué tipos de imprudencia existen?
Vamos a partir de la base de que no toda imprudencia es delito. Eso sí, el Código Penal distingue entre tres tipos, y según el grado, las consecuencias pueden ir desde una multa hasta varios años de prisión.
Imprudencia grave
Es la que rompe por completo las normas básicas de seguridad o sentido común.
Hablamos de conducir borracho, trabajar sin medidas mínimas de protección, o hacer maniobras peligrosas sin justificación.
Por ejemplo, un obrero trabaja en una obra sin casco ni medidas de protección y lanza una herramienta desde un andamio, que cae sobre un peatón.
Pena:
Si las lesiones son menos graves: prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 18 meses.
Si las lesiones son graves (como pérdida de un órgano): prisión de 1 a 3 años.
Imprudencia menos grave
Aquí también hay un fallo en el deber de cuidado pero no tan flagrante como en la grave, aunque cause lesiones graves a otra persona.
Por ejemplo, un conductor se descuida y no respeta un stop. Acaba provocando un aparatoso accidente que causa daños físicos en el conductor contrario.
Pena:
Multa de 1 a 12 meses.
Imprudencia leve
Desde 2015, ya no se considera delito. Se resuelve en el ámbito civil, lo que significa que puede haber una reclamación de indemnización, pero no habrá juicio penal.
Por ejemplo, el 90% de los accidentes de tráfico ahora mismo se resuelven a través de una demanda civil puesto que pocos son los que se pueden considerar delito.
Qué casos de lesiones imprudentes son más frecuentes en España
No necesitas vivir una situación extrema para que algo se considere delito de lesiones imprudentes. De hecho, los casos más comunes ocurren en situaciones cotidianas. Vamos a ver algunos ejemplos para que te ubiques mejor.
Lesiones en accidentes de tráfico
Son el ejemplo más típico. Imagina que alguien se salta un semáforo, va demasiado rápido o conduce con el móvil en la mano.
No tiene intención de hacer daño, pero su comportamiento provoca un accidente y alguien resulta herido. Ahí estamos ante un claro caso de imprudencia, que puede ser grave si las consecuencias lo son.
Ejemplo: una persona conduce su coche a 90 km/h por una zona limitada a 50. No se da cuenta de que una moto entra por la calle que hay a su derecha, no le da tiempo a parar y la golpea, causando fracturas graves al motorista. Aunque no quería hacerle daño, su forma de conducir rompe el deber de cuidado. Estaríamos hablando de una posible imprudencia grave.
Lesiones por imprudencias en el trabajo
El entorno laboral, especialmente en sectores como la construcción, la industria o la hostelería, es otro foco importante de este tipo de delitos.
Si alguien no cumple con las normas de seguridad o actúa con descuido y otro compañero resulta herido, puede ser penalmente responsable.
Ejemplo: un operario mueve una máquina sin comprobar que no hay nadie cerca. La máquina lesiona a un compañero. Aunque no era su intención, el error o descuido puede derivar en una denuncia penal.
Lesiones en la práctica de actividades deportivas y/o de ocio
Puede parecerte raro, pero hay casos de lesiones imprudentes que podrían considerarse delito en partidos de fútbol, entrenamientos o incluso en fiestas.
Si alguien actúa con temeridad, alevosía o fuera de las normas del juego, y causa una lesión, podría estar cometiendo un delito.
Qué hacer si eres víctima de lesiones imprudentes
Si has resultado herido por la imprudencia de otra persona, tienes derecho a justicia y a reclamar. Aquí van los pasos clave:
1. Recopila pruebas desde el primer momento
No dejes nada al azar. Haz fotos del lugar, guarda informes médicos, pide los datos de testigos. Todo lo que documente lo que ocurrió es oro en un proceso penal.
2. Acude a un médico de urgencias
Aunque las lesiones te parezcan menores, es fundamental que un profesional las evalúe. El parte médico será clave para valorar la gravedad de la imprudencia y la indemnización.
3. Denuncia lo ocurrido
Puedes hacerlo en la comisaría o directamente en el juzgado. Expón los hechos con claridad, detalla cómo sucedieron las lesiones y adjunta la documentación que tengas.
4. Reclama indemnización
Sí, además del proceso penal, puedes pedir una compensación económica por los daños sufridos, tanto físicos como psicológicos o materiales.
5. Busca asesoramiento legal
Un abogado penalista especializado puede ayudarte a preparar la denuncia, calcular la indemnización y defender tus derechos en el procedimiento. Será tu mejor aliado, mucho mejor que el Ministerio Fiscal.
¿Y si eres tú el investigado?
Tranquilo. Estar en esta situación no te convierte en culpable. Pero sí es importante actuar con cabeza y protegerte legalmente desde el primer momento:
1. No declares sin abogado
Puede que te citen en comisaría o ante el juez. Aunque en ambos casos es obligatorio, repetimos “obligatorio” que tengas abogado cuando vayas a declarar, aún así, si no ha llegado nunca digas nada hasta que tu abogado esté contigo.
Un error de este tipo al hablar puede complicarte mucho la vida a posteriori.
2. Reúne pruebas a tu favor
Si crees que lo que pasó fue un accidente sin tu responsabilidad directa, intenta demostrarlo.
Testigos, grabaciones, informes... todo puede ayudarte a construir tu defensa.
3. Deja que un experto diseñe tu estrategia
Un abogado penalista especializado puede encontrar matices legales que te ayuden. Por ejemplo, que el hecho no era previsible, que cumplías las normas, o que el daño no fue tan grave como se quiere hacer creer (de esto hay mucho).
4. Considera acuerdos
En algunos casos, si reconoces los hechos y hay colaboración, se puede negociar una pena menor o incluso el archivo del caso.
¿Qué influye en la gravedad de la pena que se pueda imponer al culpable?
No todas las lesiones imprudentes se castigan igual. El Código Penal tiene en cuenta varios factores a la hora de tipificar si la imprudencia es grave o menos grave, y qué pena corresponde.
1. La gravedad de la lesión
No es lo mismo un pequeño esguince que la pérdida de un ojo. Cuanto más grave sea la lesión, más severa será la pena.
El artículo 149 del Código Penal contempla penas de prisión de 1 a 3 años si se pierde o inutiliza un órgano, un miembro o un sentido (como la vista).
En cambio, si la lesión no requiere tratamiento médico o apenas afecta al día a día, el castigo puede ser solo una multa.
2. El tipo de imprudencia
Como ya te conté antes, la diferencia entre imprudencia grave y menos grave es fundamental.
La imprudencia grave implica una conducta muy alejada del comportamiento que se espera de una persona responsable.
Por ejemplo, conducir borracho sería una imprudencia grave si causas daños. La imprudencia menos grave es más bien un descuido o una falta de atención puntual, pero sigue siendo punible.
3. Las circunstancias del hecho
Hay detalles que pueden agravar o suavizar la responsabilidad:
Agravantes: que la víctima sea un menor, una persona con discapacidad o especialmente vulnerable. También se agrava si la conducta se produce con medios peligrosos (por ejemplo, armas o vehículos).
Atenuantes: haber pedido perdón, indemnizar a la víctima, colaborar con la justicia, o que haya existido un error razonable.
4. El contexto
Si la lesión ocurre en el ámbito profesional (por ejemplo, un médico que comete un error por no seguir el protocolo), puede imponerse también una inhabilitación para ejercer una profesión, de 6 meses a 4 años.
Y si se trata de lesiones causadas en un accidente de tráfico, además de la pena, puede retirarse el permiso de conducir durante un tiempo.
5. La existencia de varias víctimas
Cuando una conducta imprudente afecta a varias personas, las penas se incrementan proporcionalmente.
Por ejemplo, si un conductor imprudente lesiona a tres peatones, puede enfrentar una pena mayor por la acumulación de daños.
Cómo actuar para proteger tus derechos: una guía rápida
Actuar con rapidez suele ser bueno en derecho penal. De esta forma, dejas menos cosas al azar y la estrategia de defensa suele ser mucho mejor que si dejas pasar tiempo.
Si eres víctima:
Denuncia rápido. No dejes pasar el tiempo.
Guarda toda la documentación médica.
Busca un abogado que sepa moverse en el ámbito penal.
Reclama lo que te corresponde: reconocimiento de tus derechos, justicia e indemnización.
Si estás siendo investigado:
No hables sin abogado, ni ante la policía ni en el juzgado.
Coopera, pero con cabeza.
No minimices el hecho, pero tampoco asumas culpas que no te corresponden.
Revisa bien la prueba en tu contra y actúa con asesoramiento desde el minuto uno.
Lo importante es que no te quedes de brazos cruzados
Las lesiones imprudentes no son una tontería. No hace falta ser un delincuente para acabar ante un juez.
Un despiste, una imprudencia, una omisión… y de repente estás en un proceso penal que puede cambiarte la vida.
Tanto si has resultado herido como si te acusan, tienes que actuar con rapidez, con inteligencia y con ayuda profesional especializada.
Esto no es como discutir con un seguro o reclamar una factura. Hablamos de posibles condenas, de antecedentes penales, de elevadas indemnizaciones de las que tú tendrás que hacerte cargo y de derechos que puedes perder si no los defiendes.
Un consejo simple: no lo dejes pasar. Infórmate, busca ayuda legal y da el paso. Porque entender lo que te pasa es el primer paso para salir de este problema de la mejor forma posible.
Si quieres nuestra ayuda especializada en derecho penal, es muy esencial mantener una actitud colaborativa y transparente con nosotros como tus abogados.
Es la única forma de garantizarte una defensa efectiva y de garantías.
Pide cita hoy mismo con nuestro abogado especializado en juicios rápidos por alcoholemia y lesiones imprudentes para resolver todas tus dudas y definir una estrategia clara de defensa.Imagina que vas andando por la calle, vas a cruzar y un coche te atropella porque el conductor iba mirando el móvil.
O esta otra escena. Estás en el trabajo y un compañero, sin querer, te golpea con el brazo de una pequeña grúa porque, simplemente, no ha seguido las normas de seguridad.
En ambos casos, los culpables de que hayas acabado en el hospital no querían hacerte daño, pero ahí estás, en el hospital.
Esto, aunque parezca un simple “error”, el derecho penal lo tipifica y castiga como un delito de lesiones imprudentes.
Vamos a explicarte cuándo estos errores se consideran delito, qué consecuencias puede tener y qué puedes hacer tanto si eres la persona lesionada como si te están investigando por este delito.
Qué significa realmente “delito de lesiones imprudentes”
El delito de lesiones imprudentes está regulado en el artículo 152 del Código Penal español.
Se castiga cuando alguien causa una lesión física o psicológica a otra persona sin querer hacerlo, pero por no haber actuado con el cuidado debido.
La base de este delito es la falta de intención. Es decir, no es lo mismo que una agresión.
En este caso, el autor de los hechos no quería hacer daño, pero el daño ocurrió porque actuó con negligencia, descuido o imprudencia.
¿Qué es necesario para considerarlo un delito?
Para que una conducta imprudente llegue a ser delito, tienen que cumplirse cuatro cosas:
Una acción u omisión imprudente, voluntaria pero sin intención de lesionar.
Un incumplimiento del deber de cuidado que se espera en esa situación.
Un resultado lesivo real, que afecte la salud o integridad de alguien.
Relación directa entre la acción y la lesión. Es decir, que la conducta imprudente haya sido la causa del daño.
Por ejemplo, un conductor va a 60 km/h en una zona de 30 y atropella a un peatón. No quería hacer daño, pero no respetó las normas y causó lesiones. Eso será considerado una imprudencia grave.
¿Qué tipos de imprudencia existen?
Vamos a partir de la base de que no toda imprudencia es delito. Eso sí, el Código Penal distingue entre tres tipos, y según el grado, las consecuencias pueden ir desde una multa hasta varios años de prisión.
Imprudencia grave
Es la que rompe por completo las normas básicas de seguridad o sentido común.
Hablamos de conducir borracho, trabajar sin medidas mínimas de protección, o hacer maniobras peligrosas sin justificación.
Por ejemplo, un obrero trabaja en una obra sin casco ni medidas de protección y lanza una herramienta desde un andamio, que cae sobre un peatón.
Pena:
Si las lesiones son menos graves: prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 18 meses.
Si las lesiones son graves (como pérdida de un órgano): prisión de 1 a 3 años.
Imprudencia menos grave
Aquí también hay un fallo en el deber de cuidado pero no tan flagrante como en la grave, aunque cause lesiones graves a otra persona.
Por ejemplo, un conductor se descuida y no respeta un stop. Acaba provocando un aparatoso accidente que causa daños físicos en el conductor contrario.
Pena:
Multa de 1 a 12 meses.
Imprudencia leve
Desde 2015, ya no se considera delito. Se resuelve en el ámbito civil, lo que significa que puede haber una reclamación de indemnización, pero no habrá juicio penal.
Por ejemplo, el 90% de los accidentes de tráfico ahora mismo se resuelven a través de una demanda civil puesto que pocos son los que se pueden considerar delito.
Qué casos de lesiones imprudentes son más frecuentes en España
No necesitas vivir una situación extrema para que algo se considere delito de lesiones imprudentes. De hecho, los casos más comunes ocurren en situaciones cotidianas. Vamos a ver algunos ejemplos para que te ubiques mejor.
Lesiones en accidentes de tráfico
Son el ejemplo más típico. Imagina que alguien se salta un semáforo, va demasiado rápido o conduce con el móvil en la mano.
No tiene intención de hacer daño, pero su comportamiento provoca un accidente y alguien resulta herido. Ahí estamos ante un claro caso de imprudencia, que puede ser grave si las consecuencias lo son.
Ejemplo: una persona conduce su coche a 90 km/h por una zona limitada a 50. No se da cuenta de que una moto entra por la calle que hay a su derecha, no le da tiempo a parar y la golpea, causando fracturas graves al motorista. Aunque no quería hacerle daño, su forma de conducir rompe el deber de cuidado. Estaríamos hablando de una posible imprudencia grave.
Lesiones por imprudencias en el trabajo
El entorno laboral, especialmente en sectores como la construcción, la industria o la hostelería, es otro foco importante de este tipo de delitos.
Si alguien no cumple con las normas de seguridad o actúa con descuido y otro compañero resulta herido, puede ser penalmente responsable.
Ejemplo: un operario mueve una máquina sin comprobar que no hay nadie cerca. La máquina lesiona a un compañero. Aunque no era su intención, el error o descuido puede derivar en una denuncia penal.
Lesiones en la práctica de actividades deportivas y/o de ocio
Puede parecerte raro, pero hay casos de lesiones imprudentes que podrían considerarse delito en partidos de fútbol, entrenamientos o incluso en fiestas.
Si alguien actúa con temeridad, alevosía o fuera de las normas del juego, y causa una lesión, podría estar cometiendo un delito.
Qué hacer si eres víctima de lesiones imprudentes
Si has resultado herido por la imprudencia de otra persona, tienes derecho a justicia y a reclamar. Aquí van los pasos clave:
1. Recopila pruebas desde el primer momento
No dejes nada al azar. Haz fotos del lugar, guarda informes médicos, pide los datos de testigos. Todo lo que documente lo que ocurrió es oro en un proceso penal.
2. Acude a un médico de urgencias
Aunque las lesiones te parezcan menores, es fundamental que un profesional las evalúe. El parte médico será clave para valorar la gravedad de la imprudencia y la indemnización.
3. Denuncia lo ocurrido
Puedes hacerlo en la comisaría o directamente en el juzgado. Expón los hechos con claridad, detalla cómo sucedieron las lesiones y adjunta la documentación que tengas.
4. Reclama indemnización
Sí, además del proceso penal, puedes pedir una compensación económica por los daños sufridos, tanto físicos como psicológicos o materiales.
5. Busca asesoramiento legal
Un abogado penalista especializado puede ayudarte a preparar la denuncia, calcular la indemnización y defender tus derechos en el procedimiento. Será tu mejor aliado, mucho mejor que el Ministerio Fiscal.
¿Y si eres tú el investigado?
Tranquilo. Estar en esta situación no te convierte en culpable. Pero sí es importante actuar con cabeza y protegerte legalmente desde el primer momento:
1. No declares sin abogado
Puede que te citen en comisaría o ante el juez. Aunque en ambos casos es obligatorio, repetimos “obligatorio” que tengas abogado cuando vayas a declarar, aún así, si no ha llegado nunca digas nada hasta que tu abogado esté contigo.
Un error de este tipo al hablar puede complicarte mucho la vida a posteriori.
2. Reúne pruebas a tu favor
Si crees que lo que pasó fue un accidente sin tu responsabilidad directa, intenta demostrarlo.
Testigos, grabaciones, informes... todo puede ayudarte a construir tu defensa.
3. Deja que un experto diseñe tu estrategia
Un abogado penalista especializado puede encontrar matices legales que te ayuden. Por ejemplo, que el hecho no era previsible, que cumplías las normas, o que el daño no fue tan grave como se quiere hacer creer (de esto hay mucho).
4. Considera acuerdos
En algunos casos, si reconoces los hechos y hay colaboración, se puede negociar una pena menor o incluso el archivo del caso.
¿Qué influye en la gravedad de la pena que se pueda imponer al culpable?
No todas las lesiones imprudentes se castigan igual. El Código Penal tiene en cuenta varios factores a la hora de tipificar si la imprudencia es grave o menos grave, y qué pena corresponde.
1. La gravedad de la lesión
No es lo mismo un pequeño esguince que la pérdida de un ojo. Cuanto más grave sea la lesión, más severa será la pena.
El artículo 149 del Código Penal contempla penas de prisión de 1 a 3 años si se pierde o inutiliza un órgano, un miembro o un sentido (como la vista).
En cambio, si la lesión no requiere tratamiento médico o apenas afecta al día a día, el castigo puede ser solo una multa.
2. El tipo de imprudencia
Como ya te conté antes, la diferencia entre imprudencia grave y menos grave es fundamental.
La imprudencia grave implica una conducta muy alejada del comportamiento que se espera de una persona responsable.
Por ejemplo, conducir borracho sería una imprudencia grave si causas daños. La imprudencia menos grave es más bien un descuido o una falta de atención puntual, pero sigue siendo punible.
3. Las circunstancias del hecho
Hay detalles que pueden agravar o suavizar la responsabilidad:
Agravantes: que la víctima sea un menor, una persona con discapacidad o especialmente vulnerable. También se agrava si la conducta se produce con medios peligrosos (por ejemplo, armas o vehículos).
Atenuantes: haber pedido perdón, indemnizar a la víctima, colaborar con la justicia, o que haya existido un error razonable.
4. El contexto
Si la lesión ocurre en el ámbito profesional (por ejemplo, un médico que comete un error por no seguir el protocolo), puede imponerse también una inhabilitación para ejercer una profesión, de 6 meses a 4 años.
Y si se trata de lesiones causadas en un accidente de tráfico, además de la pena, puede retirarse el permiso de conducir durante un tiempo.
5. La existencia de varias víctimas
Cuando una conducta imprudente afecta a varias personas, las penas se incrementan proporcionalmente.
Por ejemplo, si un conductor imprudente lesiona a tres peatones, puede enfrentar una pena mayor por la acumulación de daños.
Cómo actuar para proteger tus derechos: una guía rápida
Actuar con rapidez suele ser bueno en derecho penal. De esta forma, dejas menos cosas al azar y la estrategia de defensa suele ser mucho mejor que si dejas pasar tiempo.
Si eres víctima:
Denuncia rápido. No dejes pasar el tiempo.
Guarda toda la documentación médica.
Busca un abogado que sepa moverse en el ámbito penal.
Reclama lo que te corresponde: reconocimiento de tus derechos, justicia e indemnización.
Si estás siendo investigado:
No hables sin abogado, ni ante la policía ni en el juzgado.
Coopera, pero con cabeza.
No minimices el hecho, pero tampoco asumas culpas que no te corresponden.
Revisa bien la prueba en tu contra y actúa con asesoramiento desde el minuto uno.
Lo importante es que no te quedes de brazos cruzados
Las lesiones imprudentes no son una tontería. No hace falta ser un delincuente para acabar ante un juez.
Un despiste, una imprudencia, una omisión… y de repente estás en un proceso penal que puede cambiarte la vida.
Tanto si has resultado herido como si te acusan, tienes que actuar con rapidez, con inteligencia y con ayuda profesional especializada.
Esto no es como discutir con un seguro o reclamar una factura. Hablamos de posibles condenas, de antecedentes penales, de elevadas indemnizaciones de las que tú tendrás que hacerte cargo y de derechos que puedes perder si no los defiendes.
Un consejo simple: no lo dejes pasar. Infórmate, busca ayuda legal y da el paso. Porque entender lo que te pasa es el primer paso para salir de este problema de la mejor forma posible.
Si quieres nuestra ayuda especializada en derecho penal, es muy esencial mantener una actitud colaborativa y transparente con nosotros como tus abogados.
Es la única forma de garantizarte una defensa efectiva y de garantías.
Pide cita hoy mismo con nuestro abogado especializado en juicios rápidos por alcoholemia y lesiones imprudentes para resolver todas tus dudas y definir una estrategia clara de defensa.